martes, 22 de septiembre de 2015

Contar historias

Desde las pinturas rupestres a los jeroglíficos egipcios. Todos contaban una historia. Desde el comienzo de los comienzos el ser humano se ha expresado creando, desde las cuevas a los papiros, cuadros, y esculturas, desde los ruidos a una melodía, de un símbolo a un libro.

Luego llegaron las nuevas tecnologías y todo cambió. Ya no tenemos tiempo para contar nuestras vivencias de una forma tan personal, perdemos el lenguaje escrito y nos hemos vuelto vagos para coger lápiz y papel.

El conejo de Alicia en el País de las Maravillas nos persigue con su tic-tac-tic-tac y nos contagia el ansia de no llegar tarde, y no disfrutamos de la belleza del camino.

Nos da vergüenza o pereza esbozar algo, un simple sol. La imaginación y la creatividad no tiene límites. Entonces, ¿Por qué vamos a poner vallas para que no fluyan las ideas? ¿Por qué esa timidez interior?

Tengo un cuaderno donde expreso sueños, sentimientos, mi estado de ánimo. Es muy gratificante pasar las hojas y ver tu propia evolución, desde el más oscuro de los pensamientos a las flores más coloridas. Encuentras la paz contigo mismo. Te lo recomiendo.

Libertad. Creatividad. Mi "Yo niño". Mi "Yo adulto". Manos con alas de libertad para crear algo espontáneo. Sin normas. Sin pudor. 

Siéntete libre. Escribe. Dibuja. Pinta.Y sonríe.

Lunarcita tiene un lunar