domingo, 23 de noviembre de 2014

Expectations

He vuelto, de mi viaje y de mi descanso.

El título del nuevo post, expectations, es una reflexión que ayer de camino al trabajo. lloviendo. vino a mi. Inspiración en pleno movimiento. La lluvia hay veces que me pone muy melancólica y pensativa.

Tiendo por mi naturaleza fantasiosa a esperar/imaginar/soñar cosas que muchas veces no ocurren. Soy realista. Pero de vez en cuando sale esa parte de mi que va montada en un unicornio . con mis alas y mi pelo rosa.

Un tiempo de reflexiones. He dejado de hacer listas con lo que tengo que hacer. Me agobiaban, No me dejaban disfrutar del momento. Siempre anticipando mis movimientos y sentimientos. Y también dejé de escribir para ti.

Nunca dejo de escribir realmente. He estado ocupada con mi cuaderno de viaje, del que te hablaré pronto. Y he estado escribiendo mentalmente. En mi cabeza tengo una máquina de escribir antigua, de las chulas....y así he pasado estas semanas. Escuchando el aire. Andando. Durmiendo. Observando. Cuidándome. Volando por el océano. Viviendo. Inspirándome para volver con fuerzas.

No siempre todo es rosa.Hay miles de colores en la paleta de un pintor. Y hay veces que se mezclan.

Quizá he perseguido tanto la felicidad que me ha entrado fatiga.Y no podía seguirla más. Pero al fin comprendí que no tengo que buscarla. Vendrá sola. Cuando esté preparada.

He intentado dejarme llevar. Me he quitado el reloj. He escondido mi agenda. Y he continuado el camino hacia el invierno.

Esperar algo con muchas ganas es peligroso. Una vez lo consigues no sabes que hacer con ello. Puedes llevarte un chasco, decepcionarte y volverte gris clarito. triste y decaída.

He aprendido a dar pasos pequeños. Desear cosas pero sin centrar mi pensamiento entero a ello, solo un poquito. Y he aprendido a que si algo te decepciona, no bajar la cabeza, sino aprender de la experiencia. 

Ese momento en el que el corazón se te rompe en mil pedazos. Y no tienes el pegamento a mano. Valentía, los recoges con cuidado y los guardas en el bolsillo. Y luego en tu soledad los pegas con la lágrimas agridulces. y te lo colocas de nuevo en su sitio. Va a trompicones, pero va. Sin prisas. Llegará el mecánico de tu corazón, esa persona que tiene unas herramientas mágicas y lo dejan como nuevo o casi.

Aprender a vivir el momento ha sido el motivo de mi ausencia. Creer en mi, en lo que hago, inpirarme de una risa de un niño de rizos, o un abrazo del aire.

En un restaurante de Washington, en Chinatown, ya lo decía mi galleta de la suerte: no esperes de los demás, lo que tu no puedes dar.

Es agradable estar de vuelta. Tengo muchas cosas que contarte. Gracias por esperarme.

With love, Lunarcita


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